Pochi: "Yo: el burro"

I.LA CHIMENEA DE MIS OJOS NO DEJA DE HECHAR HUMO PORQUE NUNCA DUERMO Y SIEMPRE ESTOY EN LLAMAS.

Tengo un libro entre las manos hecho de arcilla fresca.
Y lo quemo com mi mechero, y dejo correr el humo entre mis facciones,
formando una cortina suave que me recuerda, sin saber, al cálido útero de mi primer hogar.

Duermo y enciendo la grabadora para caer en una hoja fresca:
 Baudelaire, Cocteau, Panero, Rimbaud y Cassady duermen a mis pies.
Como el otoño que cruje tras mi primavera llena de fluídos tóxicos en alta mar,
 son un grito en el desierto que se amontona en los ecos de mi no- se- qué,
de mi innata, placentera, queda y solitaria no- se- qué, que llevo dentro.

II. MI PRIMER DIBUJO EN UN PINAR LLENO DE SOMBRAS DE ARDILLAS Y NADA.

Hay un burro, atado al sol por una cuerda, que no para de girar dando vueltas al mundo
y no entiende porqué en las escuelas se enseña que el mundo es el que gira.
Y las flores nacen más lentamente de lo que yo muero,
y su espera a cada estación me parece ridícula y casi perversa.
El equilibrio debería ser estallidos de locura contra el suelo mientras nos partimos el culo.

Pero se agota el blues en los barrios que no conozco,
se agota el flamenco en los barrios del sur que me dieron una segunda oportunidad.
Se mueren los locos congelados ante la frialdad de una ecuación matemática.

III. MI SEGUNDO DIBUJO EN CUALQUIER SITIO CON TU LENGUA EN MI BOCA.

También dibujé un perro ladrando junto a la sombra de un manzano.
Pero, ¿sabes? Nunca supe dibujar cosas con sentido.
Es más fácil no explicar que explicar y por eso río más que lloro.
Es más fácil besar y follar que decir lo que sientes, y por eso escribo.
-¿A qué hora es aquí la hora de jugar?-.  Eso fue lo primero que pregunté al llegar.

Ahora estoy en medio de un gigante y un enano y también lo he dibujado.
Es raro sentirse tan desapercibido acostumbrado a bajar la mirada.
Creo que pusiste números al azar en la mesa y me corté la cabeza cuando ví que salió el mío.

IV.EL DESGUACE QUE ENTRA EN LA BANCARROTA

Tengo a mí alrededor veinte diarios con tan sólo dos páginas escritas en cada uno,
una libreta con recetas de ingredientes que nunca compraré porque no me llega el dinero.
Y si bebo cerveza todos los días es porque solo como pasta y sopas de sobre todos los días.

Estoy aquí, ¿no me ves? Todo es un desastre y eso lo hace aún más divertido todo.
Es sencillo vivir cuando estás tan abajo que no puedes volver a caer.
Tengo un montón de amigos repartidos por el mundo y eso sí que es demasiado bonito.
Me mantengo callado enlazando años con lugares,
me siento como un niño en una pizarra intentando hacer algo que nunca ha entendido.


Comentarios